Por. Constantine Hering M. D.
Traducido de: (The Hahnemannian Monthly Vol. 1)
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El siguiente es un extracto abreviado, de un número de investigaciones, que ocuparon mi mente durante más de 40 años de mi vida, que se podrán entender mejor si son dados en orden histórico.
Mi principal objeción a la homeopatía, y el principal argumento en un tratado que yo estaba escribiendo en contra de ella en (1822) era la siguiente cuestión dirigida a Hahnemann y a sus adherentes:
¿Qué es lo que debe entenderse mediante tú término SIMILAR?
¡Esta es una expresión muy vaga como para ser permitida dentro de la ciencia!
¿Cuál es tú definición de similitud?
El termino matemático, (que es de la misma cantidad), “parecido” (equale), y (que tiene las mismas condiciones de forma), “similar” (simile).
Pero ¿cuál es tú diferencia entre parecido y similar? ¡No puedes decirlo!
¡Más aun dices que los efectos de las medicinas aun en las dosis más pequeñas son más fuertes que las mismas enfermedades!
¿Qué les da tan peculiar poder?
¡A diario vemos enfermedades comunes tales como gota, lepra, etc., desarrollarse a través de la vida y los efectos de las drogas, medicinas o venenos, pasan sobre ellas sin dejar rastro!
Finalmente tú explicas, que la curación se da a través de un remedio elegido de acuerdo a su similitud, por su secundario o último efecto, que tú dices es directamente contrario al primero o efecto primario. Al mismo tiempo debe ser admitido que tal cosa solo pasa, cuando existe tal estado directamente contrario y (Organon, parágrafo 64) “Si no existe estado en la naturaleza que sea directamente contrario a este efecto primitivo” parece que “el poder vital, busca ganar la ascendiente destruyendo el cambio (suchen sich zu indifferenziren)."
Bien podemos decir, (parece que) Hahnemann “busca” explicar esta ley de curación sin que suceda. El poder vital tiene, de acuerdo a esto, no solo que producir algo directamente contrario, (si hay algo), pero si no, debe ser satisfecho trayéndolo al punto de la indiferencia y varias acciones semejantes todas al mismo tiempo como si fueran dictadas.
¿Cuántas cosas tiene que hacer la naturaleza, si una droga produce un escalofrió seguido de una fiebre --- que después es directamente contrario en cuanto a la temperatura --- y después un sudor --- directamente contrario a la piel seca durante la fiebre?
Parece como que si aquí todos los contrarios absurdos de Galeno, estuvieran unidos, solo que están volteados de adentro hacia afuera. Por lo tanto yo considero todo esto, aserciones arbitrarias, y la similitud, “una bolsa de piel de carnero” que puede ser estirada de una forma u otra.
Con el fin de coronar mi tratado; cual no tenía ni la menor duda, mataría a la homeopatía; tuve por supuesto que cerrar con una serie de casos y cuidadosos experimentos. ¡AY!
¿Y qué fue de toda mi matemática y objeciones filosóficas?
¡Volaron como pluma al viento!
Es suficiente con decir que, me encontré en una difícil lucha que duro más de un año, y fui completamente iluminado y guiado por un número suficiente de hechos claros para adoptar el nuevo arte y todas y cada una de las reglas practicas de Hahnemann, y mi tratado permaneció, por supuesto sin ser impreso.
Durante el siguiente feliz año, fui capaz de observar que; hay dos tipos de similitud, si así lo podemos expresar: Una verdadera y una falsa, (ejemplo) una curativa y otra no curativa.
Drogas relacionadas muy de cerca una de otra, y químicamente muy similares, producen síntomas, claro muy cercanamente iguales. Por consiguiente los síntomas de una son similares a los síntomas de la otra. ¡Pero a pesar de esta similitud no eran antídotos la una a la otra!
Aquí había una ley de la naturaleza, con su aplicación práctica infalible, y ¡ahí no solo había una excepción sino una contradicción Por ejemplo; Nux Vomica e Ignatia amara, eran botánicamente relacionadas, químicamente casi iguales; (un descubrimiento hecho en 1818 mucho después de que Hahnemann había recolectado ambas experimentaciones) aun así no eran antídotos entre sí, a pesar de su gran similitud no solo de la mitad de sus síntomas, sino de los mas marcados, mas predominantes, y patológicamente los más importantes. Pero Pulsatilla, una planta que botánica y químicamente se mantiene a una gran distancia puede ser un antídoto para Nux Vomica así como para Ignatia, de igual manera; Chamomilla igualmente distante de los anteriores es un antídoto de cualquiera de ellas.
Cuál era el caso aquí con los antídotos, ¿podría claro, también tomar lugar con relación a la similitud de síntomas, entre los síntomas del enfermo y los síntomas de la droga? ¿Y como teníamos continuamente que buscar la similitud, así como el marinero a la aguja de su compas? era de gran importancia para nuestro arte el distinguir entre la similitud curativa y la no curativa, la correcta y la engañosa.
Sosteniéndolo como para convertirlo en un axioma, que a través de la naturaleza toda y cada acción requiere una acción contraria de por lo menos una fuerza igual para ser aniquilada, por lo tanto, solo algo opuesto podría hacer una curación --- viendo a diario que las medicinas curan afecciones mórbidas, las neutralizan, por así decirlo, como por arte de magia --- la única satisfacción temporal era el suponer una acción contraria de la llamada energía de la vida, de forma análoga a la producción de los colores complementarios en el ojo. Después de ver el rojo, aparece un espectro verde; después del amarillo, uno violeta, etc. Etc., pero por desgracia ¡AY!
¡Una vez más, la aparición de estos colores subjetivos brinda una explicación bastante diferente! Tuve que renunciar a todos estos experimentos y tentativas a causa de la acumulación de preguntas sin respuesta, dejarlas a los filósofos, y regresar a los efectos de las drogas en el hombre sano y en los enfermos. Poco después me vi obligado a abandonar la doctrina de Hahnemann, A usar solo los efectos primarios para curar a los enfermos, del todo, me declare en contra de ella; la separación de los efectos primarios de los secundarios parecía cada vez mas imposible, y el uso de los llamados síntomas secundarios probó ser por mucho lo más importante.
Hahnemann mismo en silencio adopto la misma postura, y lo hizo en sus enfermedades crónicas en CONIUM, (por ejemplo), no hay tal diferencia. Pero esta teoría, que la acción vital contraria extingue los síntomas mórbidos cayó al suelo tan pronto como él mismo admite el uso de los síntomas secundarios.
¿Dónde está ahora el contrapeso necesario de acuerdo al axioma, para restaurar el equilibrio de la salud?
¿No fue la verdadera, la similitud curativa, donde la droga puso un opuesto indispensable?
Experimentando Sabadilla en 1824 y en dosis de 30, 40 y 50 gotas de la tintura alcohólica más fuerte, me llamo la atención la conformidad singular de varios síntomas que iban del lado derecho al izquierdo, o pasaban de derecha a izquierda. Trajo a mi mente una vieja observación de un caso de intoxicación por Aconitum reportado por Mathiolus, quien en 1561 hizo un experimento con un ladrón condenado a muerte, que fue autorizado con el fin de probar el “Bezoar” como antídoto. El joven envenenado observo un torpor como parálisis en el brazo izquierdo y pierna, que súbitamente desapareció y paso al lado derecho. (Síntomas 132 y 140 en la segunda edición de la Materia medica de Hahnemann 1822). Esta contrariedad peculiar entre Sabadilla y Aconitum podría ser una característica de las familias naturales de las Colchicacese y Pianunculaceae. Suponiendo que exista la posibilidad que ciertas familias naturales de plantas y por su puesto también productos químicos similares, puedan tener tales características generales en sus efectos, me mantuve a la expectativa.
La junta anual de los filósofos naturalistas de Alemania, se llevo a cabo en Dresden, en el otoño de 1826, mientras me preparaba para una misión con motivos científicos a América del Sur. El profesor Oken el fundador de la asociación, era el líder del día, al menos era lo que yo creía.. Se leyó un papel de un viaje a Brasil, sobre la torsión de algunas plantas en una forma de espiral hacia la izquierda o derecha. Se le llamo a Oken al estrado, para que explicara el asunto, o diera su opinión filosófica sobre ello. Finalmente avanzo y dijo; “Caballeros, izquierdo y derecho en la naturaleza es uno de los más grandes misterios. No sé nada sobre ello.” Con esta impresión en mi mente deje mi tierra unos cuantos días después, y me embarque hacia América del sur.
Habiendo descubierto durante mis viajes y exploraciones (1827) que todos los relámpagos no se mueven en línea zigzag, sino que siempre en espiral, y no solo eso sino que en una forma de espiral que da vuelta hacia la derecha, suponiendo que este fuera el movimiento de toda carga positiva de electricidad (1828) explicaría la vuelta hacia la derecha del embrión del caracol, nadando libre en el huevo, siendo un cuerpo positivo, porque recibe el oxigeno negativo en la respiración. Suponiendo que inclusive nos llevara a encontrar una razón de porque todos los planetas se voltean hacia el lado derecho. Aun, no podía hacer mayor aplicación práctica de esto a la homeopatía, hasta que trace las siguientes conclusiones:
Después de comparar todas nuestras drogas con relación a la hora del día, encontré que los alcalinos o sustancias eléctricas positivas tienen como súmmum de su tos, las horas después de la media noche, durante la mañana y la tarde; mientras que los ácidos o sustancias eléctricas negativas tienen sus toses más violentas después del mediodía, durante la tarde y antes de la media noche; y más aun, con la diarrea expulsiva activa era exactamente lo inverso, todas las sustancias de carga eléctrica negativa la tenían en las horas de la mañana y todas las de carga eléctrica positiva por la tarde.
Así en el ciclo de la acción diaria, comenzando después de la media noche los alcalinos actúan de arriba hacia abajo primero en el pecho y después en el abdomen; los ácidos al contrario, actúan primero en la mañana en el abdomen y después en el pecho, o de abajo hacia arriba.
Así los primeros; “con el sol,” los otros “contra el sol” como la gente común diría. Aquí se descubrió una característica general de las dos divisiones principales de los elementos, una característica donde los síntomas de las drogas y los del caso deben mostrar parecido.
Después de 10 años de cuidadosas observaciones continuas con relación a las horas del día y la naturaleza eléctrica de las drogas; publique un pequeño reporte sobre ello llamando la atención de todo observador a esta característica regla. N. A. Hom. Journal, Vol. 1, página 41, 1851.
Toda droga por consiguiente puede también tener una tendencia predominante a moverse, si no es que en todos, al menos en algunos de sus síntomas ya sea de derecha a izquierda o de izquierda a derecha; y era muy probable que las drogas siendo sustancias eléctricamente positivas o conteniendo alcalinos predominantes (ejemplo) narcóticos, estarían inclinadas a moverse del lado derecho al izquierdo; y las sustancias eléctricamente negativas ácidos o acres, de izquierda a derecha; y si es así, solo deben ser dados en los casos de enfermedad donde se han movido o están moviendo en la dirección opuesta.
De acuerdo a esto Aconitum no curara un caso de torpor o cojera apopléjica, que tiene lugar primero del lado izquierdo y después del lado derecho, de la misma forma en la que ocurrió en el criminal reportado por Matthiolus, pero solo será el verdadero agente curativo en afecciones correspondientes contrarias, que van de derecha hacia la izquierda. Sabadilla, actuando de derecha a izquierda, solo será el agente curativo en padecimientos que se mueven de izquierda a derecha etc.
No fue sino hasta después que mi atención particular fue llamada a la verdadera aceptación de esta regla de los lados, con la resiente mencionada tercera regla de Hahnemann, y solo esto me indujo a presentarla ante el publico después de que la he puesto en práctica por años.
Si los síntomas más antiguos son los que deben siempre atacarse al último, y los más recientes primero, esto es algo contrario al desarrollo de la enfermedad. ¿Por qué no puede ser aplicado inclusive en casos donde una inflamación de los ojos o de las amígdalas ataca un ojo o una amígdala primero, y la otra u otro después? y ¿Por qué no debe una droga que se mueve a través del sistema en una dirección opuesta tener la preferencia?
Eso es, si los síntomas se han movido de derecha a izquierda, dar una medicina que actúa de izquierda a derecha y viceversa.
Como en todas las cosas de la naturaleza, debemos de aplicar a la experiencia en general, será de la más grande importancia para nuestra teoría, y a menudo útil al practicante si esta regla es corroborada y sostenida por otros observadores.
Todo practicante esta urgentemente exhortado a comunicar los casos donde en enfermedades agudas o crónicas, dolores de cabeza, padecimientos de los ojos, erisipelas en la cara, inflamaciones de las amígdalas, de la pleura, de los pulmones, reumatismo, especialmente los casos agudos, o gota o afecciones espasmódicas, etc., los síntomas han comenzado a ir al otro lado, casos donde una droga, claro que solo una, administrada únicamente, sin mesclas, ni alternando con otras,--- inclusive después de que otras medicinas se han dado sin éxito --- que han casi curado un caso o totalmente, Solo esos casos seguidos como se ha indicado, son los que deben ser reportados, no casos recolectados porque no se le puede confiar ni a la mejor memoria en estos asuntos, --- tampoco casos reportados por otras personas porque las personas son muy dadas a cambiar lateralidades al repetir las cosas.
Una colección de tales casos, inclusive en número pequeño de observaciones, hechas de acuerdo a esto será de más importancia que una larga colección hecha sin que estas reglas se adopten.
La cuestión tiene que establecerse, no solo con relación a las clases de drogas más grandes, sino que tiene que decidirse con cada droga.
Con síntomas producidos así como con síntomas curados; y no solo esto, es muy probable que algunas drogas puedan actuar en ambas direcciones, o puedan tener algunos síntomas que van solo en una dirección, y otras al contrario.
Nuestra Materia Medica contiene muy poco en este sentido, y no es de mucha utilidad para todos los síntomas observados, habiendo pasado de una manera u otra. La verdadera forma de proceder, si queremos resolver la cuestión, es el formar una colección de casos aludiendo o contradiciendo la regla.
Los experimentadores si solo toman una dosis moderada, deben observar, con más cuidado que el que se ha tenido hasta ahora, los lados del cuerpo. El único experimentador que siempre ha hecho esto en todas sus experimentaciones es el Dr. Jeanes.
Constantine Hering M. D.
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