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La Legión de honor.

Foto del escritor: Fank Nava Fank Nava

Por. Adolph Lippe M. D.

(The Homeopathic physisian jorunal, 1881)



Mientras que el co-editor estadounidense de la revista “El Organon” estaba examinando la edición de Diciembre del “Hahnemannian Monhly (1880)” en busca de una respuesta a una pregunta, sobre la naturaleza de los accesorios y los principios suplementarios a la ley de los semejantes, encontrada y declarada estar en posesión del “Club Hahnemann” los actuales propietarios de dicha revista, encontramos el siguiente editorial.



“Los enérgicos editores del Organon, han asegurado una lista de nombres, comprendiendo a los médicos homeópatas que estén dispuestos a suscribirse a un credo determinado, que se ha derivado de los principios de la medicina como ha sido expuesta por Hahnemann[1]. Esta lista se denomina “La legión de honor.”


Como firme creyente en el método Hahnemanniano de tratamiento de la enfermedad, añadimos nuestro nombré a la lista cuando sea solicitado. Pero al hacerlo reclamamos el derecho a usar cualquier aplicación externa que se emplea de acuerdo con la ley de los semejantes y además protestamos contra algunos de la empresa, que fuimos llamados a cumplir. Reconocimos los nombres de un buen numero en la Legión, que sabemos no están practicando lo que pregonan. Un nombre en la lista ante nosotros esta singularmente fuera de lugar, ya que sabemos que su poseedor ha tratado a sus pacientes con dosis extravagantes de medicamentos en bruto. Y ha utilizado libras de medicinas purgantes y esto, desde que firmo el rollo.

“Si pues; El órganon desea publicar una lista de tales profesionales como lo desearon abiertamente[2], expresando su lealtad a Hahnemann que haya una revisión concienzuda de la lista publicada. Esto se puede hacer, porque uno de los editores ya ha sido informado de varios en el rollo, que están violando su contrato. O esto, o, quiten el titulo de Legión de Honor.”



El caos que surge de las diferentes y contradictorias definiciones de homeopatía, indujo a algunos hombres pensantes en la profesión a elaborar un documento, dando los puntos esenciales de la doctrina homeopática; esta declaración de los principios homeopáticos fue enviada a tales médicos conocidos por practicar la homeopatía. Entre otros, uno de los presentes editores del “Hahnemannian Monthly” firmo dicha declaración sin reservas. Ahora encontramos que lo hizo con la reserva mental de usar cualquier aplicación externa bajo la ley de los semejantes, y se nos informa, además, que protesto contra algunos de la compañía que él fue llamado a cumplir. No somos consientes de haber visto u oído hablar de dicha protesta. El sabio editor, puede estar seguro de nuestra sincera solidaridad, ya que no hay nada más humillante que ser obligado a mantenerse en compañía de personas incompatibles. Su solicitud de revisión de las listas que comprenden los nombres de La legión de honor, para deshonrar a cualquiera que practica contrariamente a los principios homeopáticos es en sí misma muy loable, pero el co-editor estadounidense del Organon, niega cualquier conocimiento de tal o tales personas; cierto, ha sido avisado por otro miembro de la legión de honor que tal persona existe, pero no se dio ningún nombre, ni se presento evidencia para probar la veracidad de tales acusaciones. Existe una máxima en el derecho; que toda persona es considerada como inocente hasta que se haya demostrado su culpabilidad; más aun, en nuestros días iluminados, el acusador y el acusado se enfrentan cara a cara y la carga de la prueba recae sobre el acusador. Testimonios de oídas, incluso si el informante goza de una reputación indiscutible para fines honestos, y estricta veracidad es inadmisible. Y como nuestro sabio amigo parece estar muy ansioso por una revisión concienzuda de la lista publicada, y como sabe, al menos una persona que ha violado su promesa groseramente, se convierte en su deber ineludible el proporcionarnos el nombre (o los nombres) con una prueba positiva para sustentar esta acusación, deje que el (o ellos) sean juzgados por sus pares y si su nombre es hallado culpable (o los nombres) deben ser sacados de una vez.

[1] Las itálicas son de nosotros. [2] Las itálicas son de nosotros

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