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Epidemias en el condado de Cayuga durante 1865.

Foto del escritor: Fank Nava Fank Nava

Por. C. W. Boyce, MD.

(The Hahnemannian Monthly, Vol 1, publicado en Abril, 1866).




Durante los meses de Agosto, Septiembre, y Octubre, 1865, la epidemia más mortal que jamás se haya visto en el condado de Cayuga prevaleció. Era del tipo de Disentería. La mayoría de los casos eran disentería pura, pero muchos de ellos eran tan rápidamente fatales, que las descargas características no se encontraban tan marcadas y en algunos estaban totalmente ausentes.



Por lo que se ha informado esta epidemia parece haber tenido una amplia propagación e igualmente fatal. De todas partes del estado, de Nueva Jersey, Pensilvania, escuchamos el mismo informe de su magnitud y letalidad.



En nuestro país la enfermedad apareció por primera vez en la temporada más bella, en las tierras altas de Cayuga y los lagos de Owasco donde ninguna epidemia había prevalecido con anterioridad. Esta región siempre se ha destacado por su salubridad y aun no se conoce causa de la aparición aquí de esta enfermedad. Incluso durante la prevalencia de los diferentes tipos de cólera epidémico en otras partes, no se presentaron casos aquí.



En un círculo de varios quilómetros, donde hizo su primera aparición, casi cada persona sentía algunos síntomas de la enfermedad y es notable que aquí fuera más larga y fatal.



Todos los casos donde el paciente era menor de diez años eran muy graves, y casi todos mortales.



La enfermedad se extendió rápidamente a través de las tierras altas entre lagos de Owasco y Cayuga desde el sur, hasta llegar 4 o 5 millas de Auburn, cuando tomo su curso en los alrededores del lago Owasco, y al norte entre Owasco y los lagos Skaneateles, haciendo un barrido en el terreno elevado entre los lagos y así sucesivamente hasta el lago Ontario.



Es notable que cada epidemia en este vecindario tomo el mismo curso, de sur al norte, no siempre en una línea recta hasta que se detuvo a la orilla del lago Ontario. No tenemos reportes de que hubiese cruzado a Canadá. No ha habido desviación de este curso a excepción de la difteria, que primero apareció en Auburn, y se extendió tanto al norte como al sur. Una extensiva epidemia de fiebre escarlata pocos años antes, inicio a la orilla del este del lago Cayuga, e hizo un llamado directo al noroeste del lago Ontario, la fiebre tifoidea también tomo el mismo curso, pero persistentemente más ligero en su curso, sobre Montezuma y el rio séneca.



Nuestra epidemia actual era propensa a quedarse y cuando parecía haber desaparecido nuevos casos inesperadamente aparecían. La mayor letalidad fue durante las primeras semanas de su paso.



Hay un rápido asenso en la región en medio de estos dos lagos. El lago Owasco es sobre 75 pies más alto que el Cayuga y el lago Skaneateles es unos 100 pies más alto que el Owasco. Esta distancia entre los lagos es de aproximadamente sobre 9 a 10 millas respectivamente. Las fugas del lago Owasco hacen un arroyo grande que se vierte en el Cayuga en Union Springs. Donde el poder del agua por cientos de corridas de piedra se encuentra en uso, que hacen los negocios del molino para esta gran ciudad. Tal extensa fuga proviene del lago Skaneateles al Owasco, sin embargo se sabe que muchos pequeños arroyos salen de uno al otro.



El agua de estos lagos es muy pura, y la del Owasco como se muestra en un análisis es la más pura desde Albany a Buffalo. En el condado de Cayuga los informes de las tierras bajas del norte han sido más favorables que las de las altas del sur. Los médicos de esta sección (norte) reportaron pocas muertes y no encontraron la enfermedad más formidable que la de otras temporadas.



Había tres grados de esta enfermedad durante la epidemia disentérica, en algunas familias en todos estaba presente a la vez, en una familia de 6 personas todos tenían la enfermedad y de este numero dos morían. La primera en ser atacada fue una pequeña niña de seis años. Tenía fiebre alta con descargas disentéricas frecuentes de sangre y moco. Este caso se mantuvo así durante varias semanas antes de la convalecencia con diferente estados tíficos. Mejoro con Rhus tox, el padre fue el siguiente en ser atacado, el no presentaba fiebre y se mantuvo así durante todo el curso de la enfermedad.



Las defecaciones eran simplemente sanguinolentas y mucosas con tenesmo, cada hora día y noche continuaban, sin interrupción, hasta 10 días. Nux vom, alivio. El siguiente caso fue un niño robusto de 4 años. Fue arrebatado de noche con vomito verde de olor ofensivo acuoso. Sed moderada estaba presente. Al inicio las defecaciones eran disentéricas pero prontamente se volvieron acuosas y muy ofensivas. No había gran dolor, y estaban presentes casi todo el día, y solo mejoraban después de los vómitos o purgas. La postración seguía a los vómitos y purgas. Durante la segunda noche paso a un estado de colapso, del cual nunca se recupero. El rostro se volvió azul y la cara fría, sudor frió por todo el cuerpo, había gran inquietud y agitación con deseo de ser descubierto, la sed no era muy intensa, la mente se encontraba clara, hasta lo último, a las 9pm, Arsenicum se dio, y repitió cada hora hasta las 3 am. Sin mejoría de los síntomas. En este momento Veratrum y finalmente Carbo veg. Sin ningún alivio, se quedo así hasta la media noche y al día siguiente fue cuando murió.



Tomando este caso en su conjunto de síntomas, y comparándolos con la Materia Médica ningún remedio parecía tan apropiado como Arsenicum. Sin embargo no tuvo el menor efecto, no podía verse que este remedio haya hecho el más mínimo bien en cualquier caso similar. Todos los que fueron atacados así en el fatal distrito murieron.



Había dos síntomas en este caso que, después de investigar llamaban por SECALE CORNUTUM, y ha sido un gran pesar para el escritor por que este remedio no fue dado.



Estos síntomas eran en adición a otros, vómitos de fluidos verdes, ofensivos, y el deseo de ser descubierto aunque la piel se sentía muy fría a la palpación del espectador aplicada al paciente. (Un remedio con el que el Dr. Llobinson ha tenido mucho éxito en casos de colapso con los síntomas anteriores es la tintura madre de ACONITE RAD., en dosis de gotas. El Dr. K. me dijo que el detuvo un caso en Auburn, donde el pequeño vomito al comienzo de la enfermedad, con tintura de AEON, y tintura de NUX en solución, alternativamente).



El siguiente caso en orden, en nuestra familia fue un niño de 18 meses. Se encontraba en la dentición y estaba dispuesto a irritación de los intestinos. Este caso se hundió poco a poco y murió después de casi dos semanas de sufrimiento. Las heces eran verdes, mucosas y sanguinolentas, con leche cuajada en trozos. Ningún remedio aliviaba. Una joven mujer fue la próxima víctima, pero como no había nada que la atara a ese lugar, ella salió del distrito infectado y pronto se recupero.



La siguiente en orden fue la madre. Ella nunca fue confinada a la cama. Los síntomas característicos en ella fuero “Heces al movimiento” Bryonia la alivio.



La historia de esta familia era muy común. Muchas familias perdieron más, y en algunas todos morían. Regresando, los tres grados de la enfermedad eran:



Primero, la más común: sin fiebre. Esta afectaba al recto solamente. Los primeros indicios fueron, disposición a defecar con tenesmo. La postración en una forma excesiva estaba siempre presente y aunque el paciente estaba siempre en la casa o en el vecindario se sorprendía de que una enfermedad al parecer tan leve lo podía hacer sentir tan débil. Estos casos eran propensos a continuar y ningún remedio controlaba todos los casos. Alrededor de dos millas, en un camino rural a lo largo del Oeste a orillas del lago Owasco, las personas a la vez tuvieron la enfermedad y ni dos casos presentaban las mismas características.



Por lo general, los que se encontraban peor de noche, con tenesmo después de la evacuación, fueron aliviados con MERC CORR. Este remedio a la 200 dilución, hizo lo mejor. Otros casos caracterizados por las evacuaciones que tenían lugar a intervalos regulares durante el día y la noche a aproximadamente una hora de diferencia, no respondieron a ningún remedio, sin embargo, ninguno murió.la segunda clase de casos fue más decididamente grave. La enfermedad se extendió al intestino grueso y a menudo al delgado. Fiebre e intenso dolor en el abdomen estaban siempre presentes, el tenesmo también era un síntoma certero, con casi constante urgencia para obrar. Las heces eran sanguinolentas, viscosas y verdes.



En todos los casos la postración era un síntoma marcado. Todos estos pacientes demoraron y convalecieron lentamente. En Auburn pocos murieron parecía como, si se me permite la expresión, una Isla, mientras que el país alrededor de nosotros era como un mar tormentoso. Nuestra barca viajo seguramente al puerto. Con la perdida de la vela y cuerdas, mientras que en el sur y sureste la tormenta rugía con poder destructivo, arruinando a muchas flotas nobles, de menor vela.



Entre los lagos de Owasco y Skaneateles esta clase de casos eran muy fatales. En muchas familias de dos a cuatro adultos murieron. Diferían de las disenterías usuales solo en la intensidad. Esos casos bajo la observación del escritor presentaban los síntomas de inflamación grave de los intestinos. Las agravaciones eran de noche y el tenesmo más intenso. Las heces muy frecuentes de día y de noche con gran dolor en el abdomen.



Uno de los casos, un muchacho de 14 años fue arrebatado con escalofríos seguidos de fiebre y sed. Casi de inmediato las heces disentéricas salían, con tenesmos después de obrar y dolor constante en el abdomen, las heces consistían de sangre, moco, trozos de sustancia verde y eran espumosas. Cada defecación era acompañada por tan gran dolor que casi se desmayaba. Sentado con el por horas y contando el numero de defecaciones encontré que se producían cada 10 minutos, y esto continuo durante toda la semana, MERC CORR. 200 fue el único remedio que lo mejoro. La enfermedad se rindió a este remedio en algunos días y convaleció lentamente.



Otro caso bajo el cuidado del Dr. Robinson. Jr. Donde el dolor era muy intenso que no permitía descanso y que empeoraba rápidamente a pesar de la utilización de los remedios bien indicados, la enfermedad fue detenida y curada pronto por MERC DULC. El paciente una joven muy inteligente de 20 años, casi de inmediato después de recibir un polvo de MERC DULC. Dijo; “La medicina me ayuda, y ha sido la primera que ha producido efecto.” Un polvo primero le brindo mejoría por una hora, pero después de algunas dosis el alivio duro más tiempo. Cuando el dolor volvía, ella pedía rápido un polvo, y nunca fallaba en dar alivio. Ella convaleció rápidamente y continúo bien; El Dr. Robinson, espera reportar este interesante caso en un artículo sobre disentería que está preparando, donde espera dar sus puntos de vista sobre la disentería, el resultado de años de cuidadosos estudios. Otros casos del mismo grado no fueron aliviados de la misma forma rápida, con el mismo remedio, ya sea en la práctica del Dr. Robinson o en la mía.



Una tercera clase, principalmente entre los niños chicos, era casi segura que destruiría al paciente. Solo puede reclamarse un caso como recuperado. El pequeño paciente fue arrebatado en la noche con vómitos, quizás solo una vez la primera noche, y al siguiente día el vomito continuo, y las heces características disentéricas aparecieron, al principio la materia arrojada del estomago consistía en la ingesta, pero posteriormente era verde, un liquido acuoso verde, con olor ofensivo, quizás, en 24 horas las descargas de los intestinos cambiaron de sangre y baba a, agua oscura y horriblemente ofensiva.



Con estas defecaciones vino el colapso y el paciente se hundió en unas pocas horas. Ningún caso de recuperación se reporto en nuestra sesión, después de la llegada de la etapa de colapso. Los casos más severos no eran acompañados de dolor, al comienzo se suponía que no eran serios, pero muy pronto aprendimos cuando llega el vomito, tenemos ante nosotros una enfermedad que desconcierta nuestras habilidades. En esta etapa hubo inquietud, angustia, sed y agitación, un tono azul oscuro en el rostro, de hecho tan perfecto el colapso como el del cólera asiático. La orina se suprimía. En el tratamiento de esta tercera clase no teníamos nada que ofrecer. Ningún remedio en nuestras manos pudo ayudar. Y ahora solo podemos lamentar que SEC CORN no se dio.



Analizando en su totalidad, el tratamiento en esta epidemia no fue un éxito. Aunque muchos casos se curaron con gran prontitud, y la gran mayoría se puso bien, sin embargo, es siempre triste saber que un solo paciente ha muerto en tus manos, que poco antes se encontraba con buena salud y joven.



A partir de estas indicaciones; ¿Cuál es la lección?



¿Es acaso esta epidemia la precursora de otra por venir?



Si es así, el mensajero fue de mal agüero. Si en la región más sana de nuestro estado y donde nunca hubo una epidemia mortal fuimos visitados por enfermedad tan fatal como la descrita, que podemos esperar para el próximo verano?



Esta experiencia deberá enseñarnos, a ser cada vez más diligentes en la búsqueda de peculiaridades en la Materia Medica, para estar listos, cuando una nueva epidemia o enfermedad nos visite, para aplicar el remedio y tener el similimum de la enfermedad ante nosotros.



El Dr. Hering enseña y da como resultado de su experiencia, que en todas las enfermedades en general existe lo que él llama “El genio epidémico” que apunta al remedio, y que un remedio curara casi todos los casos, y cuando este se encuentra, no hay por qué temer de que la enfermedad no pueda ser subyugada, diferentes localidades requieren diferentes remedios, ya que el “genio epidémico” no es el mismo universalmente (dependiendo de la región). Ningún remedio así se encontró en la epidemia pasada, pero cada caso fue individualizado y tratado como si ningún otro caso así existiera. Quizás ningún remedio era llamado con más frecuencia que MERC CORR. Y en los informes que hemos recibido las diluciones más altas eran las más eficaces. Arsenicum hizo bien.



Nuestra sociedad del condado no tenía ningún comité sobre epidemias y en consecuencia no hubo unidad para reunir la experiencia de todos los miembros a fin de hacerla útil.



C. W. Boyce, MD

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