Por. Adolph Lippe M. D.
Filadelfia, PA.
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La triste noticia nos ha llegado, que, de nuevo uno de los veteranos de la homeopatía ha partido. El día 26 de Febrero, el buen y noble Barón Clemens Maria Franz von Boenninghausen, falleció en Munster, a la edad de 79 años. ¿Cómo podemos preparar un merecido monumento a nuestro colega fallecido?
Boenninghausen deja como legado a posteridad sus múltiples escritos y trabajos bien elaborados. Aparte de esto, nos ha dado, antes de acabar su carrera terrenal una prueba duradera de su vasto aprendizaje y adquisiciones, de su muy completa apreciación y comprensión de la homeopatía, en su último y gran regalo sus; “Aforismos de Hipócrates” con notas de un homeópata. Tan grandes fueron sus enseñanzas a través de este trabajo que incluso las revistas médicas de la oposición se vieron comprometidas a alabar sus profundas habilidades.
Boenninghausen dedico toda su vida a la homeopatía y el desarrollo de la ciencia. Como amigo y pupilo de Hahnemann su ilimitada admiración aumentaba diariamente mediante el trato con él.
Y después de que el gran maestro falleció, estudio todos sus escritos, y de estos se penetro aun más convencido por la verdad de las observaciones de Hahnemann y el gran trabajo realizado por él.
Siguiendo las doctrinas de Hahnemann y guiado por ellas profundizó la homeopatía. Su conocimiento íntimo de nuestra Materia Medica es evidente e indiscutible, demostrado en cada página de sus “Relaciones” “Repertorio” y “Pocket Book.” Su gran concienzuda precisión es admirada por todos los que consultan sus escritos y valiosas obras, y aquellos que, como yo, han tenido el honor y dicha de mantener una agradable intima amistad con él a menudo recordaran el sonido de su conversación siempre instructiva, su incomparable simplicidad en su forma de ser, y la bondad de corazón de este excelentísimo hombre.
Mientras el nos deja todos estos dones, podemos preguntarnos:
¿Cuál será la mejor manera de preparar el monumento que este gran hombre merece por el servicio que ha prestado a la progresiva homeopatía, y por lo tanto a la humanidad sufriente?
Nuestro difunto colega ha señalado como habría querido preparar el bien merecido monumento a nuestro maestro Hahnemann y yo aquí cito de uno de sus excelentes artículos, escrito pronto después de la muerte de Hahnemann traducido y publicado en el “Homeopathic Examiner” para 1846, Vol. IV. Su texto está en “Las tres reglas preventivas de Hahnemann” el dice;
“Al menos que las señales me engañen, nos encontramos en el inicio de una nueva época marcada por la muerte de nuestro maestro cuyo genio se cierne alrededor de nosotros, una época en que las excrecencias deberán ser cortadas y el metal genuino separado de la escoria. Vamos a partir de ahora en adelante a estar más firmemente unidos, todos nosotros que deseamos el bien, pero excluiremos de nuestras filas con severidad implacable a cualquiera que se burle de la buena causa, cismáticos, y a todos aquellos que atentan contra las opiniones e hipótesis comprobadas por la observación cuidadosa. Pero al mismo tiempo honremos la memoria del gran reformador de la medicina, asumiendo sus doctrinas resultado de 50 años de pruebas y exámenes exhaustivos y con franqueza comuniquemos nuestra experiencia de uno a otro. Esta será la mejor manera de preparar el monumento que el gran hombre se ha merecido por los servicios que ha prestado a la humanidad sufriente.”
Boenninghausen por medio de esto ilustra y hace suyas las tres reglas preventivas de Hahnemann.
La época feliz que prevé aun no ha llegado, las condiciones que señala por las cuales esta época inicia con certeza, cortar las excrecencias, la separación del metal genuino de la escoria con implacable severidad; esto aun no se ha cumplido del todo, “pero al menos que las señales de los tiempos me engañen” esta condición ahora está siendo consumada y la época feliz deseada, pronto llegara.
Las tres reglas preventivas de Hahnemann, resultado de 50 años de experiencia, y ahora también las reglas de Boenninghausen formaran una buena base para los experimentos, para ser sometidos a exámenes repetidos, exhaustivos, ensayos, y los resultados comunicados con franqueza de uno a otro. Al hacerlo podemos preparar el mejor y más duradero monumento a este gran y buen hombre, y en consecuencia la decidida y deseada unión. Cumplan sus deseos y honren su memoria, honrando la memoria de nuestro gran maestro.
Adolph Lippe M. D.
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