Por. E. M. Hale, M D.
(The Hahnemannian Monthly, Vol. 1, Diciembre 1865)
Mientras leía un artículo sobre; “El miedo mórbido a la Hidrofobia” por el Dr. Hering, me interese profundamente por la mención incidental en una nota por el (Dr. Lippe) de la curación con Hydrophobin 200, de un caso crónico de disentería en el cual el síntoma característico fue:
“El deseo de obrar es inmediatamente causado cuando escucha o ve el agua corriendo.”
El mes de Junio, siguiendo la aparición de este articulo, un caballero aplico a mí, para ser tratado de una diarrea crónica, contraída en el sur en uno de nuestros bastos campamentos militares. El había estado sometido a la rutina usual de tratamientos alopáticos, que es peor en la armada que en comparación a cualquier otro lugar. La enfermedad aumento en intensidad, sin embargo, vino al norte en el mes de Mayo y había estado bajo tratamiento alopático aquí hasta que lo vi en mi consultorio en Junio. Su apariencia en ese tiempo era peculiar. Su piel tenía una apariencia cetrina pálida o anémica, y había indicaciones de anasarca, el se veía hinchado de todas partes pero no se marcaba a la presión. Su orina era demasiado escasa, y demasiado alta de color como es usual en los casos de diarrea crónica. Su lengua era grande pálida y flácida, pero se quejaba de una constante sensación de sequedad en la boca y la garganta. Apetito bien, pero digestión deficiente una parte de casi todo lo que comía pasaba a los intestinos de forma indigerida. Las heces siempre eran acuosas y profusas, asistidas por dolor severo en la parte baja de los intestinos. Su frecuencia no era uniforme, unos días 5 o 6 otros 15 o 20 usualmente más frecuente en las horas de la mañana. Pero el síntoma característico de la enfermedad era este:
Si durante la noche o la mañana antes de levantarse, escuchaba el agua verterse en la habitación de al lado se sentía obligado inmediatamente a levantarse y evacuar.
Lo mismo pasaba si veía o escuchaba el agua verterse durante el día. A veces el podía controlar la inclinación por medio de un gran esfuerzo de la voluntad, pero el esfuerzo causaba mucha irritación nerviosa.
Este síntoma era tan peculiar, y tan idéntico al mencionado por el Dr. Lippe que aunque los otros síntomas no correspondían con los de su caso decidí administrar Hydrophobin. La 30 fue prescrita 6 glóbulos tres veces en 24 horas una hora antes de cada comida. Pasando 48 horas un asunto urgente lo llamo a Washington me envió un mensaje con un amigo, se encontraba muy mejorado con respecto a la diarrea, tanto que se sentía capaz de soportar el viaje.
En dos o tres semanas, el mismo amigo vino a mi oficina y me informo que acababa de recibir una carta del paciente, le informo que estaba mejorando rápidamente, después de no haber tenido diarrea desde que salió de la ciudad.
ESTE CASO PARECE VERIFICAR EL VALOR DEL SÍNTOMA NOTADO POR EL DR. LIPPE, y también nos enseña que esos síntomas característicos de una droga deben guiarnos en su administración. El síntoma clave una vez que se apodera de todo, en cierto sentido el resto es subordinado o de menor importancia[1].
Por. E. M. Hale, M D.
[1] Nota del Traductor: En los Journals Americanos del siglo XIX se encuentran publicaciones donde se habla de los llamados SINGLE SYMPTOMS, que muestran curaciones de diferentes patologías siendo tomados como guía y la mayoría de las veces descuidando la totalidad sintomática, ellos en los diferentes volúmenes de las publicaciones, dan evidencia de su eficacia por medio de casos analizados, Haciendo alusión a la idea de tomar solo lo característico de cada caso dado de enfermedad en base a su interpretación, del parágrafo 153 del órganon de Hahnemann. Y argumentando lo siguiente:
El organismo tiene expresiones “raras, características y peculiares” EN TODO ESTADO DE ENFERMEDAD, más allá de las expresiones o síntomas generales. Por ello, las direcciones de Hahnemann, de guiarnos en la selección del remedio único a partir de un grupo teniendo los síntomas genéricos. Los característicos, entonces, de los diferentes remedios CUANDO ESTÁN CUIDADOSAMENTE VERIFICADOS se vuelven extremadamente preciosos. Ellos son los más valiosos regalos para impartir de uno al otro. (Jas. B. Bell. M.D). Cabe notar que son tomados siempre y cuando aparezcan durante el curso de la enfermedad.
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