Por el Dr. Von Boenninghausen.
Allg. hom. Zeit., Vol. 49, p. 81.
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En la ciencia, así como en la vida política y social, existen preguntas ocasionales, cuya consideración y respuesta son dejadas más apropiadamente a lo particular. Por qué las Objeciones y la contradicción no admiten unanimidad. Entre estas parecen estar las cuestiones de la dosis y la repetición, la completa solución debe dejarse para después.
Mientras tanto parece permisible el considerar otras cuestiones, que de cierta forma se encuentran conectadas, y cuando estas preguntas, que son menos sujetas a opiniones opuestas sean satisfactoriamente contestadas, esto constituirá como una considerable contribución hacia la determinación de las preguntas anteriores. Creo que la pregunta presente es una de estas.
La duración de la acción de las medicinas usadas por nosotros es muy variada. Mientras que con algunas medicinas esto puede extenderse a algunos minutos y horas, con otras debe contarse en semanas y meses.
Aún más grande será esta variación, aun en los mismos remedios como es bien conocido, cuando son usados en las variadas enfermedades a las que son homeopáticamente indicados. Para ello no es infrecuente el caso en el que debemos seleccionar en enfermedades agudas medicinas que tienen una larga duración, y en enfermedades crónicas remedios cuya acción es corta, porque de acuerdo a los principios de la homeopatía ellos corresponden a la enfermedad. Pero en las enfermedades crónicas las medicinas de corta duración mostraran sus poderes curativos más prolongados que en las enfermedades agudas y viceversa.
En vista de estos hechos, que nunca hasta hoy han sido cuestionados por algún homeópata que observe cuidadosamente la cuestión que nos abruma:
Qué razones abrumadoras se mantienen hay, como se ha hecho frecuente y últimamente, ¿aun las medicinas de larga y continua duración son repetidas muy seguido y en breves intervalos? Una pregunta con la que otra está estrechamente articulada: si las enseñanzas relativas a los primeros efectos y los efectos posteriores como lo vemos desarrollado en el órganon (§ 63x sy.) y en el cual nuestras experimentaciones y nuestro método curativo esencialmente descansa, son falsas? ¿o descansan sobre la naturaleza de las cosas y por lo tanto son verdaderas?
Pero no puedo seguir estas consecuencias más lejos, porque solo nos llevan a polémicas que son como las presentes inútiles, y será suficiente para mí, el traer a memoria lo que todos saben, pero que parece se ha olvidado en parte. ¡Lo que se dice puede formar el objeto de algunos prejuiciosos pensamientos posteriores!
Ahora volviendo al sujeto propio de mi presente tesis, debo afirmar, que de acuerdo a lo que se ha dicho la duración de la acción de ningún remedio corresponde juntamente a la misma bajo toda circunstancia, de tal manera que cuando se habla de solo un periodo relativo corto o largo puede entenderse que está todavía sujeto a grandes modificaciones.
Sin embargo, es de considerable importancia para la práctica y tratamiento de las enfermedades agudas y crónicas, de conocer la duración de la acción de los remedios concurrentes aun, aunque no sea más que con el fin de que en casos de peligro amenazante, brindemos la asistencia más rápidamente posible, de la misma manera, que nosotros tampoco en casos inveterados por hacer mucho, agravemos los males y finalmente los hagamos incurables. Este último resultado mencionado por medicinas dadas muy frecuentemente o cambiadas con frecuencia no es tan raro como muchos pueden pensar, y muchos homeópatas han probablemente encontrado como yo, y como Hahnemann mismo que los más difíciles e ingratos tratamientos de invalides crónica se encuentran en aquellos casos, que han sido tratados por un largo periodo con un exceso de medicinas más o menos homeopáticamente adecuadas, ya sea por Homeópatas u Alópatas.
Si nosotros hacemos muchas divisiones de las medicinas en cuanto a la duración de su acción, no solo la visión general sería más difícil, si no que las dificultades se agravarían. Yo por lo tanto creo, que lo podemos hacer por medio de cinco clases, aunque con el tiempo sabremos de algunos remedios que pueden ser incluidos en la clase precedente o en la siguiente. Pero de esta forma podemos hacer una fácil revisión y los errores no serán tan grandes.
Comenzando con las medicinas de acción breve y gradualmente progresando a aquellas de larga duración, la:
1era clase contendría las siguientes medicinas cuya acción es la más breve:
ACON, CAMPHOR, COFFEA, IPECAC, LAUR, MOSCH, OPIUM, PAR, RHEUM, SAMB, STRAM, y TAR. De estas medicinas la mayoría correspondientes a enfermedades agudas y a una ayuda rápida necesaria en las enfermedades crónicas, no pueden ser usadas a excepción solo como remedios intermediarios raros.
2da clase, incluye las siguientes medicinas cuya acción es breve:
ARN, ASAR, BRYON, CALAD, CANN, CANTH, CAPS, CHAMOM, CHELID, CHIN, CINA, COCC, CREOS, CROC, CYCL, DROS, EUPHRAS, HYOSC, IGNAT, MGS, M. ARCT, M. AUSTR, MAR, MEN, NUX MOSCH, NUX VOM, PULSAT, RAN BULB, RUTA, SABAD, SCILL, SECALE CORN, VALER, VERATR, VERB, VIOLA OD, VIOLA TRIC,. De igual forma con estos remedios propiamente en enfermedades crónicas (psoricas) poco resultado será obtenido. Solo como remedios intermediarios o donde la tediosa invalides tiene su raíz en el abuso de medicinas, podemos en ausencia de remedios más adecuados esperar una mejoría parcial, de estos remedios (Ejemplo) de BRYONIA en pacientes pulmonares, de CANTHARIS en la enfermedad de Bright, de DROSERA en afecciones de laringe, de NUX VOMICA, y PULSATILLA, en diversos trastornos, cuales no son infrecuentemente encontrados en la vida y con frecuencia se prolongan durante un largo periodo. ¿Pero cómo CHELID? ¿En muchas recetas de (Rademacher) mantiene paso igual y duración con otros remedios de larga y continua duración que son prescritos al mismo tiempo? Es un enigma inexplicable para el homeópata verdadero.
En la 3ra clase las medicinas de una mediana duración de acción serian varias, entre las que cuento son las siguientes:
AGAR, AMBR, AM. MUR, ANAC, ANG, ANT. TAR, ARG, ASAF, BELL, BOR, BOV, BROM, CIC, CLEM, COLCH, COLOC, CON, CUPR, DIG, DULCAM, EUPHORB, GUAI, HELL, IOD, LACH, LED, MAGN. MUR, MERCUR, MEZER, MUR. AC, NATR. MUR, NITR. AC, OLEAND, PHOS. AC, PLUM, RAN, SCEL, RHODON, RHUS, SABIN, SARSAP, SENEG, SPIGEL, SPONG, STAPH, SULPH. AC, THUJA, ZINC. Las medicinas aquí mencionadas pueden todas ellas ser usadas en enfermedades agudas como en crónicas con decidida utilidad.
Solamente si la anterior no es demasiado rápida, o si con el último la enfermedad no es demasiado inveterada y, por lo tanto, firmemente arraigada. En mis muchos años de práctica me ha sido notable, así como curioso, que las sustancias combinadas con un ácido tales como; AM. MUR, ANT. TAR, MAGN. MUR, NATR. MUR, NITR. AC, PHOSPHOR AC, y SULPHUR. AC, tienen Como me parece a mí una acción mucho más breve que las de base simple; (Amm. Carb, Ant. Crud, Magn. Carb, Natr. Carb, phos, y sulph) No puedo en efecto, después de muchas cuidadosas observaciones considerar esto como solo una ilusión, pero aun será deseable si otros cuidadosos observadores también expresan su opinión sobre ello en esta revista.
La Cuarta clase, se encuentran las siguientes medicinas de larga duración:
ALUM, AMM. CARB, ARSEN, AUR. BISM, CARB. AN, CARB. VEG, FERR, FLOURIC AC, LYOP, MAGN. CARB, MANG, NATR. CARB, NITRUM, (KALI NITRIC) PETR, PLAT, SELEN, STANN, STRONT. Estas medicinas pertenecen a las llamadas “Medicinas Antipsoricas” una denominación a la que muchos no están dispuestos a aceptar hoy en día, pero que para mí no existe mejor término. Con una dieta adecuada y una vez vuelto a actividad su acción se extenderá a varias semanas, y yo siempre he observado resultados desfavorables cuando durante este periodo se interviene prematuramente por medio de una repetición del mismo remedio o por administrar otro. Por encima de todo debemos evitar que su acción se extinga, cuando una segunda (o más raramente una tercera) acción primaria deba desarrollarse. Mientras las antiguas dolencias muestren una agravación renovada, sin la aparición de nuevos síntomas esenciales, que descansan fuera de la esfera de acción del remedio y se refleje así misma en la imagen total de la última medicina, mientras tanto debemos cuidadosamente detenernos de dar otra medicina o de repetir el mismo remedio una vez más, al menos que deseemos lamentar nuestra precipitación. He encontrado dicho proceder más perjudicial entre esos remedios, que como los antipsoricos tienen muchas acciones reciprocas, que además parecen multiplicarse al elevarse a potencias más altas.
Finalmente, la:
Quinta clase contiene aquellos remedios que presentan la más larga y continua acción de todos los nombrados: ANT. CRUD, BAR, CALCAR, CARB, CAUSTIC, GRAPHIT, HEPAR. SULPH. C, KALI CARB, PHOSPHOR, SEPIA, SILIC, SULPH. Son estos remedios, los verdaderos héroes de nuestro Tesoro médico para las enfermedades crónicas, son adecuados y son usados, ellos harán maravillas, si solo se les da el tiempo necesario para desplegar sus poderes.
Afortunadamente todos ellos pertenecen a los policrestos antip-soricos y por lo tanto son más frecuentemente usados. Pero más allá de la precedente debemos cuidar de no causar disturbios prematuros, porque el mal causado por ellos no es fácil de revertir. Lo que se ha dicho previamente de la clase IV, aplica aquí en doble medida, y mi diario contiene muchos casos donde una simple dosis continúa actuando benéficamente por muchos meses más manifiestamente, y eventualmente las enfermedades crónicas de muchos años desaparecen con todos sus rastros tan completamente que no queda nada más por hacer.
Cierro este breve artículo con el deseo de que los lectores examinen las declaraciones presentadas sin prejuicios, y si las encuentran correctas, que actúen de acuerdo a ellas, para que así nos podamos librar de la acción de repetir las dosis, anti-homeopática que se está diseminando de forma cada vez más generalizada, de modo que dicha acción pueda, como anteriormente, dejarse a los alópatas.
C. V. Boenninghausen.
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