Contribuciones a la Historia de la Homeopatía.
- Fank Nava
- 23 jul 2020
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Allg. hom. Zeit., XXXIX, pagina 339.

Noticia para el Dr. V. Boenninghausen debe dejar de ejercer la práctica veterinaria Homeopática.
Hemos sido informados, Noble señor, que cuando el comisario Henschen de Holzhausen lo busco para consejos médicos acerca de un cerdo mordido por un perro rabioso, usted le dio POLVOS para el animal, y después el cerdo contrajo la rabia por lo tanto tubo que matársele en la presencia de un médico veterinario Steinkuhler, juntamente con la cría de tres cerdos nacidos después del evento.
En ocasión de este acontecimiento le comunicamos en copia a la orden del Ministro Real de Asuntos Espirituales, Educativos y Médicos emitido en diciembre 6, 1840 (revista Ministerial para el interior, 1840 p. 476).
Esta ordena que las personas que no hayan sido aprobadas para la práctica médica veterinaria no deban dar tratamientos a animales domésticos en enfermedades de categoría infecciosa y epidémica. Ya que usted no cuenta con el título demandado por la misma. Por Orden del Gabinete Real de Julio 11,1843, que le concedió permiso para tratar Homeopáticamente pacientes en casos simples con sus medicinas correspondientes, debemos prohibirle el dar tratamiento médico a animales rabiosos o domésticos mordidos por los mismos o aquellos a los que se sospecha rabiosos, de igual manera en general a Ganado contagiado de enfermedades infecciosas o epidémicas. Si usted desea evitar una multa de cinco a diez dólares.
Ministro Real del Interior.
Para el consejero Real, retirado,
Dr. Von Boenninghausen
Hombre noble en esta ciudad.
N. 404 I. M.
Siguiente No. II. El rescripto emitido por el ministro del Interior.
Para el Honorable Gobierno Real aquí.
Munster, Julio 10,1850.
La orden dada a mí me pone sobre el deber imperativo, no en el mío propio, si no por la causa, de no recibirla en silencio, y por lo tanto, por así decirlo el confesar una culpa de la cual soy TOTALMENTE INOCENTE, así como en lo material como en lo formal. Todo el Honorable colegio no refutara mi testimonio de que YO NUNCA HE ESTADO ENTRE LOS QUE SE QUEJAN, SIEMPRE HE DEDICADO TODO MI TIEMPO Y ESFUERZO AL ESTUDIO, ASESORANDO Y LLEVANDO AYUDA CUANDO Y DONDE QUIERA QUE ME FUERA POSIBLE DE UNA MANERA FIEL Y HONESTA. Por lo tanto, no tengo que temer que mi actuar sea mal interpretado ya que simplemente deseó y me esfuerzo por lo que es verdaderamente bueno; pero al mismo tiempo como es propio, ESTOY DECIDIDO A OPONERME A CUALQUIER OBSTÁCULO EN ESTA TAREA CON CELO Y DETERMINACIÓN.
A pesar de que es una verdad innegable probada por numerosos hechos que, LA CURACIÓN DE LAS ENFERMEDADES DE ANIMALES VA COMPLETAMENTE DE ACUERDO A LA MISMA LEY DE CURACIÓN EN LOS HOMBRES, yo sin embargo comienzo a llegar también a ellos, si las objeciones de los adherentes de la vieja escuela repiten “AD NAUSEAM” (hasta la saciedad) que no, por así decirlo, me veo obligado a ello. Después de tantos hechos sorprendentes no dejan lugar a duda, la única objeción que les queda es “Las curaciones de los Homeópatas son causadas meramente por las dietas, por la imaginación y confianza porque la (nada) administrada por ellos es incapaz de efectuar curaciones.”
Si tales declaraciones ridículas se limitan a hacer una broma barata y algo tonta, todo hombre racional a lo sumo se habría encogido de hombros compasivamente o lo dejaría pasar como una locura transitoria. Pero después de todas las otras objeciones la mayoría dibujadas bajo una absurda teoría, ninguna es de valor, Este sentido común por fin se apoderó, y por qué fue expresado con tal semblante que parecería sabio, que hubo hombres tontos que realmente lo creyeron.
A fin de que este último resquicio impracticable para los oponentes de los nuevos y naturales métodos de curación, NADA ES MAS CONVENIENTE QUE LA APLICACIÓN DE LA HOMEOPATÍA EN LOS ANIMALES, aquí nada se le puede atribuir a la dieta de igual manera a la influencia de la imaginación o a la confianza. Cuando los animales por lo tanto con tales tratamientos se recuperan y en efecto en un tiempo muy corto no puede negarse que su curación se debe a estas ridiculizadas (nadas) al menos de que toda razón se aparte y el escepticismo se aumente hasta la locura.
El volumen 38 del Allgemeine hom. Zeitung, por Hartmann y Rummel, contiene en el numero 23 un tratado sobre esto con un apéndice en las curaciones efectuadas en animales con dichas (nadas) y en efecto con (nadas) en grado superlativo.
Puramente por esta razón y basado en el principio de “Similia Similibus” No me considero muy aristocrático donde mi ayuda es invocada “en casos individuales” y al principio solamente en los casos cuando los métodos veterinarios actuales no han mostrado éxito, no niego mi asistencia incluso a animales de varias especies. Desde enero 18, 1849, he guardado un diario formal y por lo tanto estoy listo a cualquier hora a dar cuentas concernientes a cada caso tratado igualmente como soy capaz de hacerlo con mis tratamientos de personas enfermas, Sin embargo, el reporte antes citado no es tan completo. En este diario por consiguiente se encuentra un registro de la porcina preñada perteneciente a Hensche en mayo 8, de este año con un aviso de los remedios usuales usados contra las mordeduras de perros rabiosos, después de acuerdo a información subsecuente existe la observación, “La cerda, sin embargo, se dice que se ha convertido en Hidrofobica, aun que no había mordido como las cerdas rabiosas siempre lo hacen.” Por lo tanto, es muy cuestionable si dicha cerda en realidad tenía hidrofobia cuando fue asesinada, y por muchas razones científicas tengo el perfecto derecho al cuestionar esto, y negarlo hasta que el reporte de la autopsia hecha pruebe la afirmación del médico veterinario Steinkuehler, que es totalmente desconocido por mí.
Pero aun en ese caso no importaría mucho si por alguna causa desconocida, la hidrofobia hubiera brotado excepcionalmente en este caso, Ya que, en estos casos, incluso entre los hombres, cuando son tratados alopáticamente esto ocurre muy frecuentemente, como las tablas estadísticas de este año lo muestran claramente. Dos tristes ejemplos de esto ocurrieron los últimos dos años aquí ante las puertas de la cuidad de Munster, y en el pueblo de Coesfeld, Por otro lado, ni un solo caso autentico ha llegado a mi conocimiento de que algún hombre mordido por un perro rabioso, que se haya vuelto hidrofobico, se salvara por la alopatía. Pero puedo mostrar un caso de una persona así salvada por la homeopatía. Los registros del Gobierno Real del inicio del año 1830 contienen los reportes del Dr. Sentrup, médico del distrito concerniente al brote de hidrofobia con Louise Klusemann, nacido Iburg, 21 años de edad viviendo como criado en la granja de Menken cerca Alveskirchen, donde fue medicado alopáticamente por varios días sin efecto alguno.
Pero por lo que el tribunal público en la carta en cuestión, dudo que mi tratamiento homeopático de esta persona que de otra forma hubiera muerto sin posibilidad de rescate se haya introducido en los registros. Pero soy capaz aun en estos días de dar en exacto detalle y el registro exacto del caso como fue publicado en Archiv fur die hom. Heilkunst, Vol. X No. 3, página 85, la cual se puede confirmar por comunicación con el ahí pastor, así como por la declaración escrita de acuerdo a las palabras de la persona curada en presencia del consejero privado, Baronet von Korff, unas cuantas semanas después del evento. La fama de esta curación, la cual no se ha olvidado, así como muchas otras extraordinarias curaciones que desde entonces me han traído un gran número de personas mordidas por presuntos perros rabiosos, y con ninguna de estas personas que he usado mis remedios homeopáticos se presentó la rabia, aunque vi varios de ellos que habían sido terriblemente mordidos y destrozados, algunas de estas personas por perros que su mordida causo hidrofobia con otros animales. Estos remedios no son, sin embargo, secretos, son vendidos y administrados sin restricción en muchos lugares; ni han causado gastos al estado como es el caso con muchos otros medicamentos, pero se han dado a conocer desinteresadamente en mis trabajos y otros junto con las instrucciones que muestran cómo usarlos. Estos remedios son los únicos y verdaderos profilácticos de la Hidrofobia ya que tiene la virtud de poder curar la totalidad de la enfermedad aun cuando ha estallado, esta última condición es indispensable, y donde un profiláctico no se ha sometido a esta prueba es, por homeópatas, relegados a la vez a la duda e inseguridad del limbo, no en la de remedios secretos y farsantes.
El tiempo de la autoridad vacía de afirmaciones y opiniones a pasado para no volver, y en el futuro solo será aceptado como verdadero lo que ha sido correctamente probado por la experiencia, y lo que corresponde a la ley de la naturaleza cual no es menos irrefutable que la ley de la gravedad establecida por Newton.
Pero tenemos una razón más para aplicar una crítica rigurosa a la antigua práctica de la medicina, ya que incluso entre los partidarios más decididos de la vieja escuela existe un grupo de hombres honestos que la ha reconocido y designado como una colección de falacias y falsedades.
Tanto que pensé que era mi deber decir con respecto a la orden emitida por el honorable Gobierno Real, fechada el 24 de este mes, No mencionare el grado en el que los homeópatas me han puesto, ni los muchos honores que me han mostrado, diplomas etc., que llegan y siguen llegando de los más remotos países, pero pasemos a las conclusiones que se deducen de los mismos.
En este sentido, no debe pasarse por alto que la orden del Supremo Gabinete Real concerniente a mi actividad homeopática está fechada en julio 11, 1840, Por lo tanto, esta orden ministerial no puede afectar a la otra, aunque un ministro tenga el poder de invalidarla o arbitrariamente limitar una orden del Gabinete Real.
En segundo lugar, en la orden del Gabinete Real no se encuentra una restricción o excepción en cuanto a cualquier tipo de enfermedad. Por lo tanto, no puede haber interpretaciones de esta orden mucho menos que situé la vida de una cerda por encima de la de un ser humano.
Finalmente, la anterior dice, la orden ministerial declara claramente que NO HAY OBSTRUCCIÓN A PONER EN MI CAMINO BASADA EN MI FALTA DE TITULACIÓN, y sin embargo la orden citada por usted me pone en conflicto directo por lo mismo, dice que no he obtenido la titulación en ese edicto ministerial y por lo tanto me queda prohibido etc., amenazándome con una multa de entre cinco a diez dólares.
Hay interpretaciones que no corresponden con el sentido común, sino una interpretación contradictoria como calva y simple como nunca había visto antes, y por lo tanto no puedo rendirme a la honorable orden del Gobierno Real en este caso.
Dr. C. von Boenninghausen,
Canciller real (retirado).
Historia de la Homeopatía, continuación:
Continuación en Allg. hom. Zeit. Vol. XL, pagina 96.
Nos encontramos conmovidos por las razones dadas en su respuesta de julio 10, en año en curso, a nuestra orden de junio 24, del año en curso, nos retractamos de nuestra posición y en particular nos dirigimos a usted en referencia al tratamiento de perros rabiosos o aquellos mordidos por ellos de acuerdo a las indicaciones dadas en el parágrafo 100 de la regulación confirmada por la autoridad real octubre 28 de 1835, (Lawb. No. 27, pagina 239). De acuerdo al cual toda persona sin ser medico es estrictamente advertida contra el tratamiento de dichos casos los cuales son permitidos aun para los médicos y veterinarios solo en condiciones de estrictas limitaciones.
Desde la orden del gabinete real julio 11, 1843, dándole permiso de dar asesoría homeopática y administrar remedios homeopáticos a pacientes que en casos individuales acudan a usted por confianza especial, de ninguna manera puede usted obtener privilegios más extensos que los que están concedidos aun para médicos titulados.
El Gobierno real.
Munster, septiembre 6, 1850.
Para el consejero real (retirado)
Dr. Von Boenninghausen, aquí.
459. I.M.
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