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Comunicación Epistolar del consejero Dr. Von Boenninghausen al Dr. Rummel.

Foto del escritor: Fank Nava Fank Nava

Allg. hom. Zeit. Vol. XXXIX, pagina 98.





Uso un momento de tranquilidad para comunicarle a usted dos observaciones, bastante diferentes en su carácter, una incluso se está elaborando en el departamento de química, y, sin embargo, ambas parecen útiles a nuestra ciencia en consideración no objeto su publicación.



La primera observación es respecto al enorme y fatal efecto de las altas potencias cuando la dinamización se incrementa demasiado por medio de la excesiva agitación con agua. Vine a este conocimiento de la siguiente manera:



En la segunda mitad del último invierno había un numero inusual de casos de HIDROFOBIA entre los perros e incluso en la actualidad difícilmente pasa un día sin que llamen por mis servicios soy llamado para atender a personas mordidas. La Homeopatía y las Altas potencias han probado su valor. He usado solo dos o tres glóbulos de la 200 potencia disueltos en agua para una dosis este año, pero ni este año ni los precedentes he escuchado que algún hombre o animal tratado de esta manera por mi haya contraído la HIDROFOBIA. Sin embargo, en los últimos siete días he tenido dos perros muertos.



El primer caso fue el de un gran y fino Bull-dog de Burgess Boening cercas de Drensteinfurth, que fue mordido por un perro que probo estar rabioso. Como de forma usual, le di al propietario que sentía gran aprecio por el perro, un número de polvos 1, 3 y 5, BELLADONA, 2 HYOSEAMUS, 4 STRAMONIUM, todos a la 200 potencia para darse cada tres días EN ORDEN OPORTUNO, un polvo disuelto en agua agitándolo, el cual podría ser mejor afectado en una pequeña botella.



Este hombre entusiasta en su bien hacer, como posteriormente me entere, agitaba el polvo cada vez vigorosamente por cinco minutos y más aún, y después se lo daba al perro con dulce de leche hervida cual se le había permitido al enfriarse. Después de cada uno de estos polvos el perro se veía muy triste por todo el día, después del último no quería comer más, aunque aún estaba dispuesto a beber agua. Al tercer día después de tomar el quinto polvo murió, PERO SIN PRESENTAR NI UN SOLO SIGNO DE HIDROFOBIA.



Después de dos semanas di los mismos remedios, para ser tomados de la misma forma a un gran Mastín en Heithorns Kolonet en el pueblo de Hittrup, y como por decreto providencial para impresionar la lección impartida por el ejemplo anterior también en este caso el agitar la medicina en agua se llevó a cabo al exceso.



En consecuencia, el resultado fue el mismo. Después del último polvo el perro se vio muy enfermo y se acercaba a la muerte, al segundo día finalizaron sus sufrimientos con una bala. TAMBIÉN ESTE PERRO NO MOSTRÓ SÍNTOMAS DE HIDROFOBIA ANTES DE SU MUERTE.



Debe ser notado que he dado el MISMO REMEDIO en las mismas dosis y en la misma forma a un gran número de animales de diferentes especies caballos, vacas, cerdos, y perros pequeños de igual forma a hombres que han sido mordidos, sin haber producido problema alguno ni la HIDROFOBIA apareció en alguno de ellos.



Pero por lo que yo sé, y puedo descubrirlo por la investigación en ninguno de estos casos se aumentó la potencia por el exceso de agitaciones como en los dos casos citados arriba.

Sin embargo, tenemos aquí dos hechos, que se destacan aún demasiado aislados para derivar conclusiones certeras, veo perfectamente que hay muchas maneras de escapar a estas deducciones. Aun estos fenómenos parecen tener la suficiente importancia para mostrarles atención y voltear nuestra atención hacia ellos. Si otros de mis honorables colegas han escuchado de casos similares, o pueden comunicarnos otros hechos que muestran que mis apreciaciones de los efectos de las agitaciones excesivas son infundadas, Bien puedo solicitar que los comuniquen para el bien de nuestra ciencia.[1]



La segunda observación es en mención a un descubrimiento por un Químico Francés que fue presentado en una sesión de la academia de ciencias en París el 27 del mes, y desde el cual, la Homeopatía como me parece a mí, puede trazar un doble uso. Quiero primero hacer preceder las palabras del periodista, Leon Foucauld, en la revista Des Debats, traducida al alemán con la mejor fidelidad posible:



“M. Maumene, Profesor de Química en Reims, hace una proposición para el uso de tejido reactivo con fines médicos, a indicar por su cambio de color la presencia de azúcar en la orina. Este será formado de tiras de blanco merino preparado de este modo con un fluido conteniendo la cantidad más pequeña de azúcar y calentada en la flama de una vela, el color blanco rápidamente pasará a marrón-negruzco debido al oscurecimiento del azúcar. M. Maumene se ha convencido que ni los uratos ni el ácido úrico, o ninguna sustancia presente en la orina normal producirá un cambio similar de color, de tal manera que dondequiera que se vea esto podemos seguramente concluir la presencia de azúcar diabética.”



“La razón por la cual debemos de usar tiras de Merino, y no papel o tejido en lino o cáñamo, es porque el bicloruro de estaño debe ennegrecer y carbonizar dicha banda. Ya que se acerca demasiado a la constitución química del azúcar. Por lo tanto, era necesario descubrir una sustancia que resistiera la acción del cloro, y esto solo se puede encontrar en tal sustancia mineral. El pergamino en si no puede ser útil porque al calentarse se endúrese como el cuerno. Pero el merino está completamente libre de estos desperfectos y cuando se prepara de la manera mencionada arriba, el médico practico siempre podrá cargar dichas tiras en su portafolio y en cualquier caso donde el sospeche azúcar podrá realizar sus exámenes”.



He dicho anteriormente que este descubrimiento, la exactitud de la cual difícilmente puede ponerse en duda promete una doble ventaja:



En primer lugar, sin fatigosos procesos químicos, podemos de primera establecer la presencia de diabetes, pero también nos permitirá enriquecer nuestro tesoro medico en esta enfermedad, siempre difícil de curar. Por todo lo que hasta ahora se sabe con respecto a ello ha sido elaborado únicamente “ex usu in morbis.”[2]



No podemos dudar que muchos de nuestros poderosos remedios son capases de contrarrestar esta maligna enfermedad; pero no lo conocemos aun porque en nuestras experimentaciones la peculiar transmutación de la orina no se ha observado, y debido a la problemática y tediosa descomposición química requerida difícilmente puede ser observada. Pero ahora, que tan fácil y simple que se ha encontrado esta prueba para descubrir la presencia de azúcar en la orina no será difícil el compensar esta deficiencia en nuestras experimentaciones.



[1] Sería una lástima que las altas potencias al ser agitadas fuertemente se volvieran tan peligrosas, sin embargo, no debemos negarnos a reconocerlo si las razones son convincentes. Nuestro honorable amigo nos permitirá comunicar nuestras dudas en cuanto a las observaciones hechas, especialmente como parece considerar las observaciones son muy inciertas aún. Y son tan, de hecho, por lo que representan entre miles de observaciones que se han hecho, las agravaciones causadas por las medicinas han en efecto sido frecuentemente observadas, pero ninguna de naturaleza peligrosa, al contrario, eran bienvenidas como precursores de la mejora. Una dificultad adicional en la forma de hacer experimentos con esta enfermedad es provocada por el carácter meramente relativo de su naturaleza infecciosa, PORQUE DE DIEZ ANIMALES MORDIDOS SOLO ALREDEDOR DE UNO CONTRAE HIDROFOBIA. Entonces uno nunca puede decir, si debemos considerar el medicamento administrado como persevante o una comprobación medica en un sujeto sano. Ahora las experimentaciones de los experimentadores de Viena han mostrado, en efecto que las altas potencias actúan, pero aun así no fueron peligrosas aun en grandes cantidades. El peligro en estos casos por lo tanto podría, solo haber sido originado por la colisión de la fuerza medicinal con la enfermedad todavía latente. Los siguientes hechos me fueron comunicados por un experimentado médico veterinario, pueden servir para arrojar luz sobre el tema:


“La Manía a menudo sigue su curso tan latente que si uno no es un conocedor de los perros no los considera enfermos en lo absoluto, en todos los estadios de Manía la muerte a menudo se sienta en apoplejía. Solo si inmediatamente después de morir la sangre fluye de la nariz, los oídos o los ojos se probará que la ha causado la HIDROFOBIA."


Se puede ver fácilmente que depende enteramente en la interpretación dada a las observaciones que se pueden utilizar ya sea para demostrar la fuerza excesiva de las altas potencias violentamente agitadas, o, por el contrario, pueden ser vistas como prueba de que los remedios en estos casos fueron incapaces de proteger. ----- (Rummel.)


[2] De uso en la enfermedad.

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